Terrassa (Catalunya)
Terrassa entró en la historia como municipio romano y bajo el nombre de Egara aunque sería injusto olvidar que las primeras manifestaciones del población aparecen en la necrópolis de can Misser, de la edad del hierro, y las cerámicas ibéricas del siglo III antes de Cristo de la carretera de Castellar i de can Parellada. Su nombre actual parece provenir de TERRA RASA, tierra asolada, o de TERRASSA, tierra áspera, ciertamente la pobreza de su suelo, la falta de corrientes regulares de agua (pertenecientes a la cuenca del Llobregat y del Besós) y la situación apartada de las vías naturales de transito confirmarían la procedencia de su nombre.
Va a ser sede episcopal, desde el año 450, hasta la invasión de los árabes, en la que la ciudad va a ser destruida. Según la tradición, o debiéramos decir la leyenda, sus habitantes se van a refugiar en el castillo de la población, donde resistieron durante 80 años, que ya es mucho resistir. No será de ese viejo castillo del que hablamos en este apartado, pues desgraciadamente fue destruido y actualmente solamente se conserva del mismo la llamada Torre Maestra entre las casas de la Plaza Vella. Ese castillo que probablemente existía ya en el año 801, aparece documentado en el 844.
Una fortaleza posterior de estilo gótico, aunque con algunos ornamentos anteriores, es de la que trataremos aquí, nos referimos al castillo de Vallparadís. De él sabemos que el conde de Barcelona Ramón Berenguer III el Grande va a dárselo a Berenguer Saula que lo va a reconstruir en el año 1110 como una gran fortaleza. Cedido en 1344 por Blanca de Centelles (hija de Bernat i de Taurina de Terrassa) a una orden de cartujos, procedentes de Escaladei y de Sant Pol de Mar, se convertirá en la Cartuja de Sant Jaume de Vallparadís, pasando a ser el primer prior Berenguer de Plana quien inicia las obras de la construcción de un claustro en el antiguo patio del castillo y una iglesia. Posteriormente los monjes deciden trasladarse a un lugar más tranquilo, exactamente a la Cartuja de Montalegre, y será adquirido por la familia Sentmenat en 1432 y pasará en 1852 a la casa Mauri. Finalmente va a ser adquirido por el ayuntamiento de Terrassa en 1947 para instalar entre sus muros un Museo Episcopal. La fortaleza conserva siete torres, murallas, fosos y un centenar de aspilleras (Aspillera: Abertura larga y estrecha en un muro para disparar por ella).
Actualmente el castillo se encuentra perfectamente enclavado en el llamado Parque de Vallparadís. De las diversas partes del edificio destacan la sala que fue la capilla de la cartuja, el claustro y la fachada septentrional, donde se alternan murallas y torres de planta rectangular.
El conjunto fue restaurado en el siglo XX (en 1947 para ser más exactos). Actualmente es la sede del Museo de Arte de Terrassa.
Solamente felicitar a los egarenses por haber sabido dar una excelente funcionalidad a esta joya arquitectónica, previniendo de esta manera su olvido, decadencia y destrucción.
Va a ser sede episcopal, desde el año 450, hasta la invasión de los árabes, en la que la ciudad va a ser destruida. Según la tradición, o debiéramos decir la leyenda, sus habitantes se van a refugiar en el castillo de la población, donde resistieron durante 80 años, que ya es mucho resistir. No será de ese viejo castillo del que hablamos en este apartado, pues desgraciadamente fue destruido y actualmente solamente se conserva del mismo la llamada Torre Maestra entre las casas de la Plaza Vella. Ese castillo que probablemente existía ya en el año 801, aparece documentado en el 844.
Una fortaleza posterior de estilo gótico, aunque con algunos ornamentos anteriores, es de la que trataremos aquí, nos referimos al castillo de Vallparadís. De él sabemos que el conde de Barcelona Ramón Berenguer III el Grande va a dárselo a Berenguer Saula que lo va a reconstruir en el año 1110 como una gran fortaleza. Cedido en 1344 por Blanca de Centelles (hija de Bernat i de Taurina de Terrassa) a una orden de cartujos, procedentes de Escaladei y de Sant Pol de Mar, se convertirá en la Cartuja de Sant Jaume de Vallparadís, pasando a ser el primer prior Berenguer de Plana quien inicia las obras de la construcción de un claustro en el antiguo patio del castillo y una iglesia. Posteriormente los monjes deciden trasladarse a un lugar más tranquilo, exactamente a la Cartuja de Montalegre, y será adquirido por la familia Sentmenat en 1432 y pasará en 1852 a la casa Mauri. Finalmente va a ser adquirido por el ayuntamiento de Terrassa en 1947 para instalar entre sus muros un Museo Episcopal. La fortaleza conserva siete torres, murallas, fosos y un centenar de aspilleras (Aspillera: Abertura larga y estrecha en un muro para disparar por ella).
Actualmente el castillo se encuentra perfectamente enclavado en el llamado Parque de Vallparadís. De las diversas partes del edificio destacan la sala que fue la capilla de la cartuja, el claustro y la fachada septentrional, donde se alternan murallas y torres de planta rectangular.
El conjunto fue restaurado en el siglo XX (en 1947 para ser más exactos). Actualmente es la sede del Museo de Arte de Terrassa.
Solamente felicitar a los egarenses por haber sabido dar una excelente funcionalidad a esta joya arquitectónica, previniendo de esta manera su olvido, decadencia y destrucción.