Malpica (Castilla-La Mancha)

Sabemos que estas tierras toledanas estuvieron habitadas por hispanorromanos, pero no será hasta la reconquista cuando el territorio comience a repoblarse. El actual castillo está construido sobre las ruinas de otro (que era de origen árabe, aproximadamente del siglo X), esta técnica de construir sobre lo ya construido suele ser muy normal, para quebranto de los historiadores, en todas las culturas. La fortaleza es de planta cuadrada, con torres cuadradas, la del homenaje se encuentra al suroeste y sirve como vivienda
La existencia, propiamente dicha del castillo (por poner una fecha) podemos fijarla en el año 1307, cuando era propiedad de la familia Gómez de Toledo, más tarde la propia familia lo acondicionó para residir permanentemente en él.
En 1417, Juan II de Castilla alcanzó la mayoría de edad y al año siguiente contrajo matrimonio con María de Aragón, hija del ya monarca aragonés Fernando I de Antequera. Uno de los infantes de Aragón (hermanos a su vez de María), Enrique, le tomó

Pues bien, sabemos que en 1420 pasó por aquí Juan II, recién escapado de su encierro, después de meditarlo se refugió en el castillo de Montalbán ya que no consideró el de Malpica demasiado seguro.
En el siglo XVII la fortaleza fue muy reformada dándole un aspecto altamente palaciego, muy normal en esa época (la obra más importante a destacar es el patio interior, aunque tenemos que señalar que

Su estado de conservación es estupendo gracias a los cuidados de los Duques de Arión sus propietarios (actualmente siguen viviendo en la fortaleza) y a los que debemos estar agradecidos por salvaguardar el patrimonio. Hay un día a la semana que puede ser visitado, os aconsejo que os pongáis en contacto con el ayuntamiento de la población para que os informen.
Por cierto, si os acercáis hasta la población de Malpica, después de ver el castillo, contemplar el río Tajo y pasear por sus calles, no sería de más que os detuvierais relajadamente para hacer honor a su variada y rica gastronomía, os puedo asegurar que no os arrepentiréis.